lunes, 25 de octubre de 2010

De cuando a los 18 años tuve un amigo imaginario llamado Graham (parte IV)

La vida puede ser muy corta, pero una película de tres horas parece una eternidad. Así que mejor hablemos de lo que paso al salir del cine.

Graham dijo que me llevaría con el biólogo. No me resistí, los biólogos me caen bien. Era una casa pequeña iluminada por lámparas rojas. En el piso estaban dos humanos dibujando, uno pequeño y uno largo, Mane y Leonardo, como sus nombres. Leonardo me extendió uno de los plumones a manera de invitación a dibujar y me preguntó:

-¿Eres la sombra platónica de Graham?
-¿Qué es una sombra platónica?
-Es llevar una amistad asexuada con un miembro del sexo opuesto.
-Sí, si lo soy.

Leonardo dibujó plantas. Tal vez eran otras cosas pero todo tenía una curva… biológica. Yo hice un barco fenicio. Graham; quien sabe qué hizo Graham.

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