Estábamos en casa del biólogo haciendo absolutamente nada. Por debajo de la puerta nos llego el destino; publicidad de un nuevo lugar donde solo se servía una gran variedad de té.
-¿Vamos?
-…
-Vamos. Creo que un lugar en donde solo sirven té suena bastante civilizado.
-…
En los restos del té que bebí, Mane trataba de interpretar mi futuro. La mesera se acercó y con lenta suavidad le retiró la taza vacía, ese gesto nos permitió verle claramente la palma de la mano. No sabemos nada de quiromancia, pero a los dos nos asustó. Nunca había visto algo así, las líneas de sus manos eran tantas y estaban enredadas, tenían surcos, terminaciones inhumanas.
-Esa mujer solo vive por cortesía.
-Qué civilizado.
1 comentario:
Recuerdo todas las entradas, yo las leí en la falsa tortuga y te conocí con una fotos de autopistas y asientos de lo que imagino fue un campus universitario.
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