Cuando uno sufre de una enfermedad nerviosa, la recomendación del médico
y los amigos siempre es la misma: tienes que relajarte. Ser consciente
de estar en una situación emocional tan precaria es desalentador:
irónicamente, la única causa de ansiedad que puede identificarse con
plena certidumbre es la necesidad de relajarse, de no ponerse nervioso.
Lo cual termina por activar un círculo de preocupaciones infundadas o
no. La terrible sensación de no tener que estar nerviosa es tan odiosa
como estar nerviosa; sufrir esta condena psicológica es algo que podría
postrar al más fuerte.
1 comentario:
Claro, es un círculo vicioso. O peor, pues la necesidad de relajamiento se presenta como otroproblemaqueresolver.
Sólo te puedes calmar calmándote.
Sí, así como suena, pero no hay de otra.
Publicar un comentario