—Do you feel guilty?
—No. This happened a long time ago.
¿Quién te conoce mejor? ¿Quién está más cerca de ti, de tu corazón? No
es tu pareja (no puede serlo); no es alguien de la familia (a quien
constantemente proteges de ti mismo) y; no se trata de un amigo (¡ah!
los amigos). La vida es terrible. Un contrasentido tras otro, ¿qué más
se puede esperar sino una paradoja? La persona que mejor te conoce, la
que está más cerca de ti, suele ser la misma que ya no te soporta.
Alguien que alguna vez te quiso pero, con el tiempo, tuvo que dejar de
hacerlo.
Nosotros mismos hemos sido esa persona. Alguna vez, todos hemos amado
a alguien que nos dejó. Y le odiamos por eso. Después, si con el tiempo
le consentimos el perdón (que es más olvido que otra cosa), cierta
normalidad regresa. Las cosas no son como eran antes del amor pero, son
como son después del amor. Es decir, por lo menos no son presente.
Habemos quienes, incluso, tratamos con los nuevos amantes de nuestro
antiguo amante y llegamos al extremo de conocerles a través de él. Como
una imagen que se observa a través de un espejo. No se trata de lo que
el antiguo amante nos dice acerca de sus parejas nuevas, no. Se trata de
poder ver a los nuevos interpretar un papel que ya tuvimos nosotros.
Después de Don, a Betty le cuesta volver a ser ella. Se le veía
amarga, fuera de forma. El resentimiento para con él y Megan era
notable. Pero eso se acabó. En The Better Half, Betty por fin
está en otro lugar y puede mirar de lejos. La frase que le suelta a Don
(en la cama, después de un reencuentro que a los espectadores nos sabe
demasiado bien por lo que hay de conocido y añejo; de recuerdo que se
materializa) es escalofriante:
—That poor girl. She doesn’t know that loving you is the worst way to get to you.
Solo Betty, quien amó y odió a Don puede conocerle así (¡a través de Megan y de sí misma!).
Las personas somos un lugar. Con nuestras planicies y nuestros riscos, con su día y su noche. Estamos hechos de caminos inevitables. Caminos bien conocidos por quienes nos rodean, obligados a pasar tantas veces por allí.
Betty aprendió cómo es Don y ahora puede manejarlo de la mejor
manera. Por ejemplo, no le dice a Bobby que su padre lo llevará de
campamento (para qué provocar los desencantos, los plantones); mejor
guarda silencio y, si de milagro aparece Don, puede embellecer aún más
el momento (que de hecho es lo que hace). Cuando Bobby le cuestiona a
Betty por qué no le dijo que su papá vendría, ella responde con una
sonrisa magnífica: “porque quería que fuera una sorpresa”. Y en verdad
lo es.
The Better Half son aquellos amantes que ya no son nuestros amantes
(Campbell y Roger lo saben). Se trata de aquellos que nos conocen lo
suficiente como para no querer quedarse ni una vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario